miércoles, 25 de diciembre de 2013
Que ya no van a estar
¿Pero cuándo dejaste de ser la mujer que conocía? Me duele pensar que, cuando sentía tu respiración al otro lado del colchón, tú no te alegrabas de vivir así. Me duele haber estado engañado tantos años y creerme tus "te quiero", desde los primeros hasta los últimos. Pero, siento decirte, que más me duele perderlas a ellas. Recuerdo decir que no podría separarme de una persona a la que he querido de verdad y no poder mirarla a la cara a no ser que me hiciera algo muy grave. Pues tú lo has consegudo.
Pero es que piénsalo. No voy a verlas en sus primeros días de instituto, ya no volveré a leerles cuentos, se acabaron las partidas de cartas. No me sirve verlas un día cada mucho tiempo. La rutina se ha roto y ya no puedo unir los trozos que han quedado. Me voy a perder sus vidas, obligado a estar atrapado en un segundo plano. Y, poco a poco, se irán olvidando de pedacitos de mí. Culpa mía por creer que podía tocar el cielo. Ahora mi sueño está hecho añicos, mi sudor entre las sábanas y mi vida entre sonrisas sin algún diente. Y tu lo barajas todo en el cruel casino en el que me ha tocado vivir. Quiero perderme y huir de esta casa que grita a voces su historia. No. Mejor dicho, quiero recuperarlas. Jamás pensé que fuera a decir esto, pero tú puedes hacer lo que quieras, pero yo solo quiero tenerlas entre mis brazos, como antes.
Pero claro, no me hagas caso, al fin y al cabo esto solo es un discurso en la mente de un hombre acabado. Algo así como su nana de cuna. Una verdadera historia para no dormir.
martes, 17 de diciembre de 2013
La ilusión...
lunes, 9 de diciembre de 2013
La de los ojos bonitos
Hacía frío, pero el hombre llevaba las manos desnudas para poder tocar bien el violín. Tras llenarme de magia, me di media vuelta y me dispuse a irme, pero una mano me aferró del hombro. "Em... Lo siento, no quiero molestar, pero me gustaría saber si a una chica tan guapa como tú le gustaría cenar con un hombre como yo". Me puse roja y no sabía que decir, pero tras ver como agachaba la cabeza, decidí decir que sí. Si sabe tocar así, no puede ser un mal hombre. Me dio una dirección y a la hora que me dijo, me presenté allí.
Me encuentro una azotea con una mesa decorada con velas y con un gran banquete. Desde la azotea se ven todas las luces que podía haber en todo Nueva York y en una esquina, bajo la tenue luz de los farolillos que colgaban por todo el lugar, había una lona que tapaba algo enorme. Y el hombre que toca el violín me ofrece sentarme al banquete. Me siento quizás un poco defraudada. No es posible que un hombre que toca en una esquina pueda pagar esto. Él lo nota y acto seguido me dice: "Te preguntarás como he podido pagar todo esto. Pues bien. La azotea era donde mi padre me enseñaba música cada día, el lugar donde he crecido. Y para todo lo demás he ido metiendo en un bote todas las monedas que tú me dabas, porque desde el primer día que te paraste enfrente de mí, me quedé prendado de esa sonrisa preciosa.". Y saca el bote en el que pone "para la de la sonrisa bonita". Se acerca a la lona y lo quita, enseñando un viejo piano. Hunde los dedos en las teclas y toca "Es la noche del amor".
Y ahora estoy cogiéndole la mano mirando todas las luces que hay. Y dándome cuenta de que realmente Nueva York es la ciudad de los sueños.
lunes, 2 de diciembre de 2013
Cartas al cielo
Poco a poco me fui dando cuenta de que no hacía falta hacer todo eso para hablar contigo. Que siempre que te necesito estás y que si todo va tan bien es gracias a que tengo un ángel de la guarda que me cuida. Si algo se tuerce, solo necesito abrazar tu peluche para sentir que todo se va a arreglar. Vale que ya no podamos jugar a cartas. O ver una película juntos. Ni escribir la carta a los Reyes Magos. Pero ahora mi vida ha cambiado. Y si ahora consiste en recordar momentos, en esperar abrazos que, sin duda, llegarán y en escribir cartas al cielo... Quién soy yo para cambiarlo, si sé que así puedo llegar a ser lo que quiera.
martes, 26 de noviembre de 2013
Y enamorarme de la ciudad, pero un poco menos que de ti.
Pero estamos aquí. Ya estamos aquí. Parece que no íbamos a llegar nunca, pero la magia parisina nos da la bienvenida. y es que estás aquí. Conmigo. Mirando hacia todos lados con tus ojitos curiosas mientras me coges de la mano. Tanto tiempo había esperado este momento, una navidad en París, contigo a mi lado. Y ahora estamos observando maravillados las luces callejeras típicas de estas fechas, con nuestros gorros de lana y bufandas calentitas. Estás preciosa.
Y es que solo la luz que se refleja en tus ojos puede superar a cualquier destello del sol. Solo tu risa puede mejorar cualquier armonía hecha por las cuerdas de un viejo piano. Que solo tu sonrisa podría desviar la mirada de todos. Que sí, que solo tú puedes hacer que todo esto valga la pena. Luchar, si es contigo, lo vale todo y velar por tu felicidad se ha convertido en mi meta. Dicen que el mundo está hecho para vivir de dos en dos. Que todo cobra sentido. Dicen muchas cosas, y la mayoría no las creo. Solo sé una cosa. Que eres tú. El susurro del viento prematuro del otoño. Cada aroma de una delicada flor de primavera. Cada sorbo de mi chocolate caliente en una fría tarde de inverno. Siempre has sido tú la que ha dado el detalle a cada instante que hoy me construye. Sin ti, no sería yo. Sin ti... No sería nada.
Ay, tenemos tantas cosas que hacer aquí... Desayunaremos un café caliente en una cafetería del centro, en una de esas mesas que da a la ventana, para ver la magia de la rutina, del ir y venir, de las prisas, de lo cotidiano. Recuerda que, por mucho vértigo que tenga, subiremos hasta la parte de arriba de la Torre Eiffel y veremos todo. Y la Torre, hoy, lucirá por ti. Supongo que no nos iremos sin dejar un candado con nuestro nombre en el famoso puente. O sin que alguna de las manos ágiles de los artistas callejeros nos retrate en alguna esquina especial de París. Paseos de la mano por las calles infinitas de la preciosa capital. Soñar despiertos. Ir de en tienda buscando souvenirs y comprar cientos de pequeños llaveros de la Torre Eiffel para recordar todo esto al irnos. Y enamorarme de la ciudad, pero un poco menos que de ti.
lunes, 18 de noviembre de 2013
Ley de vida
Manos en los bolsillos. Conversaciones cortadas. Servilletas usadas y tiradas. Como desechadas. Usar y tirar. Bonito concepto. Filosofía de vida de muchos, diría yo. Sé que ha habido muchos en tu vida. Me gustaría pensar que te has quedado con algo de cada uno de ellos, que no ha sido un simple número. Aunque sea un detalle. Sé que pasará el tiempo y cumplirá su trabajo. Me borrará de tu recuerdo para siempre. Ley de vida. Tú ley.
Garabatos en una libreta olvidada. Un billete para el bus gastado. Un viaje de ida sin reembolso para la vuelta. Una maleta medio hecha. O medio desecha. Todo acaba. Más silencio. Oscuridad. Olvido. Total, yo muero y tú sigues. Solo hazme el favor de nunca morir tú. Personas como yo hay millones. Miles de millones. Pero vida solo hay una. Por suerte o por desgracia, pero solo una. Sigue con tu trabajo y haz vivir. Y recuerda que no hay rencor... Solo agradecimiento por todo lo que me has hecho vivir.
martes, 12 de noviembre de 2013
Testimonio de un alma rota en pedazos
Quizás me comprendas, quizás no. Nunca lo sabremos. De momento me seguiré escondiendo entre las líneas de un relato no escrito y viviendo en la sombra de árbol bajo el que soñaba. Y volveré a quemar papeles y a liberarme por medio de absurdos textos inútiles. Pero al menos esto me da la tregua suficiente para tener tres horas para dormir y soñar que quizás volverás. Aunque sé que eso no pasará. Y que mi boca no volverá a sonreír mientras te espero sentado en el banco de enfrente de tu casa. Y que nunca volveré a oírte susurrar que me quieres. Y que ya nunca volveré a cogerte de la mano para dar un paseo después de llover.
Solo te pido que no me vuelvas a llamar y que desaparezcas. Quizás te sientas culpable, pero entiende que yo me siento vacío. Vacío y sin ganas de soñar. Porque en ti puse todo... Y no vi el error hasta que llegó el final.
miércoles, 6 de noviembre de 2013
Nuevo día, nuevas experiencias, mismo sentimiento.
martes, 5 de noviembre de 2013
Las noches son para...
Las fría noches de invierno son para abrigarse más, quizás coger una manta más gorda, y pasar al balcón, siempre con un gran tazón de chocolate caliente entre las manos. Arrimarnos más para estar menos fríos. Y ver cómo sale el humo de nuestra boca hasta disiparse en la oscura noche; a cada palabra, a cada respiro. Y ver que somos los únicos que podemos ver esto. Y que el mundo ha caído a otro nivel. Porque ahora mi mundo eres tú.
Las tardes dulces de primavera son para empezar a plantearse dejar la manta a un lado, salir al balcón más frescos y comenzar a percibir esa magia tan característica de esta época. Y para darnos cuenta de que el silencio que guardamos para decírnoslo todo está más lleno de vida. Tiene más sentimiento. Y observar cómo la ciudad duerme bajo un cielo cada vez menos lleno de nubes y más lleno de estrellas. Y buscar estrellas fugaces para pedirles poder hacerte tan feliz como tú me lo haces a mí.
Las cálidas tardes de verano son para no dormir. Y pasar las largas horas de las noches en el balcón, sin tener que preocuparse, ya que son vacaciones. Y esperar ansiosos al amanecer que, al igual que cada noche contigo, es distinto al anterior. Y contar las estrellas intentando encontrar la que brilla más que tú. Aunque sé que no existe. Y que, aun haciendo calor, quieras arrejuntarte y apoyar la cabeza sobre mi hombro. Y sonreír.
Y hasta que todo esto sea posible, me conformaré con observar la misma luna que cada noche brilla por ti. Y con desear a las estrellas que no te aparten de mi lado.
Que las noches son para soñar, sí. Pero para soñar despierto contigo a mi lado.
Igual que ayer... igual que mañana.
domingo, 27 de octubre de 2013
Ídolos.
Hace un tiempo, seguramente desde verano, que me he dado cuenta de lo importante que se ha vuelto la palabra ídolo en la sociedad. Twitter se llena de cuentas hechas para apoyar al famoso con ese rol. Pero ¿Qué buscamos en ellos?
Nos basta con ver como son artísticamente hablando. Si cantan bien, si bailan bien, si actúan bien... O, la mayoría de las veces, solo nos fijamos si son guapos o guapas. Y casi seguro que tú tienes un ídolo. Y seguro que se cumple con uno o varios de las condiciones dichas anteriormente.
También hay que decir que la palabra ídolo reúne muchas definiciones hoy en día. Desde ser muy fan de un cantante, hasta convertirlo en tu Dios, en el centro de tu vida. Si tu ídolo sonríe, tú sonríes y si tu ídolo llora, tú lloras. Es tu ejemplo a seguir, lo que esperas a ser. Y es perfecto y no tiene ningún defecto. Todo lo que haga está bien. Todo vale.
Espero que hayas visto el problema de esta manera de pensar. Mucha gente siguiendo y haciendo lo que una persona dicta. Solo porque canta bien, actúa de cine y es despampanante. Esto no puede acabar bien y claros ejemplos hemos visto en la sociedad.
Lo primero que yo tengo que decir es que hasta hace poco yo tenía a una cantante a la que denominaba Ídolo. Y no me malinterpretéis, ahora sigo siendo un gran fan de ella y me encanta. Pero ya no la denomino ídolo.
Yo no creo en la necesidad de haber ídolos, solo creo que deberíamos tener personas que sean ejemplos a seguir, pero juzgando antes si lo que hace te parece correcto. Nadie es perfecto. Tenlo en cuenta.
Y tus ejemplos a seguir pueden ser de distintos tipos: un famoso, un amigo adulto, un profesor... Pero en mi opinión, teniendo en cuenta cómo es como persona. Cantar, bailar, actuar, ser guapo, escribir... Hacer todo eso bien no condiciona ser buena persona. Es más, creo que andamos faltos de modelos adecuados en la sociedad ahora. Pero creo que somos capaces de distinguirlos.
Además estoy seguro de que ya has pensado en alguno mientras leías esto. Yo he pensado en varios y de diversos tipos: algún famoso, algún profesor, un amigo adulto, varios monitores de grupos...
No lo des todo por una persona que no te conoce olvidándo a todas las personas que tienes alrededor. Ten en cuenta lo que tienes y quien tienes. Seguro que son los que te ayudarán a crecer.
A ti. Por todo.
Hace algo más de un mes que comencé con esto del blog y debo decir que estoy encantado. Tengo un espacio donde puedo escribir lo que quiera cuando quiera y eso es genial. Pero lo que más me ha gustado de todo habéis sido vosotros. No sabéis lo que es que una persona os diga: "Escribe mucho hoy que cada tarde te leo". O que haya gente que me diga que le consigo hacer llorar. O que les gustan mis relatos, que suba ya la última parte.
Así que desde aquí quiero agradeceros a todos los que me leéis, ya sea los que llevais desde el principio o simplemente has entrado aquí una vez.
Que gracias a vosotros tengo otra razón para escribir. Y veo uno de mis sueños cada vez más cerca.
Ya no escribo solo para mí. Gracias por todo.
martes, 22 de octubre de 2013
Volaba libre, tan libre como grande es el mar
Pensad libres y no os dejéis influenciar
Desde aquí os pido que, filtréis bien lo que veis. Sé que no somos niños, pero muchas de las tonterías que se escuchan por ahí tienen que ver con este tema. Pensad libres y no os dejéis influenciar.
domingo, 20 de octubre de 2013
Esclavos
Y piensa qué harías una semana sin Internet.
viernes, 18 de octubre de 2013
Porque todo lo que haces... Es demasiado.
Y no dudes que la fiesta será grande, no mereces menos. Y todos los esfuerzos que hayamos hecho serán poco, pero no necesito más que juntarnos y que nos ayudes a sonreír, que al fin y al cabo es lo que haces día tras día, sin pedir nada a cambio. Nada.
Probablemente no soy consciente de la suerte que tengo cada vez que me das los buenos días, comentamos el último capítulo de "La Cúpula", cuando cantamos a coro a La Oreja de Van Gogh o simplemente en una de las tardes de cartas y hamacas. Porque todo lo que haces... Es demasiado.
Supongo que ya lo sabes pero nunca está de más decirte que siempre que lo necesites iré y te escucharé, seré el hombro sobre el que llorar o simplemente estaré contigo en silencio para que te des cuenta de que no estás sola. Nunca estás sola.
Y mil gracias por cada día, por cada minuto, por cada momento. Por cada sonrisa, por cada lágrima, por cada palabra. Por cada esperanza, por cada apoyo, por cada momento en el que me hiciste sentir infinito.
Feliz cumpleaños Amaia. Muy feliz cumpleaños. Espero que seas feliz y disfrutes todos y cada uno de los momentos que este año te regala.
Y te das cuenta de todo
Tengo la suerte de haber vivido durante dos días una experiencia muy intensa de convivencias con toda esta gente, sumándole algún profesor de esos que te marcan. Dos días en los que hemos compartido alegrías y penas, risas y llantos y de la que nos llevamos reflexión, un poco más de madurez y un par de anécdotas graciosas.
Pero voy a ir más allá, porque yo he conocido mejor a todas esas personas y te das cuenta de lo mucho que las necesitas. Y las ves llorar y te abrazan. Y sabes que las tienes allí y que, aunque no te conozcan demasiado, estarán dispuestos a ayudar en algún pequeño detalle, unas palabras, unos abrazos, unos desahogos o simplemente unos silencios.
Los largos minutos en el tren, el peso de las mochilas, las carreras para coger habitación, las carreteras de nuestra vida, la lágrima que se nos asomaba por el ojo, los paseos, las personas que nos han guiado, los sentimientos hacia el futuro, recoger los platos, las canciones en la habitación, los sueños compartidos, la cara de dormidos de las ocho de la mañana, las tostadas con aceite, el incienso en la sala de relajación, las dos canciones a coro, las palabras escritas en la parte de atrás de una hoja naranja, las lágrimas de emoción, la sonrisa de satisfacción, la anécdota del tren...
Y te das cuenta de todo. Te das cuenta de lo difícil que va a ser tu vida sin ellos. Y, amigo mío, de todo lo que tenéis que disfrutar en solo medio año.
martes, 8 de octubre de 2013
La generación perdida
¿Y sabes lo peor? Que nos lo creemos. Vivimos en pleno siglo de la información, tenemos más posibilidades que muchas otras generaciones. Podemos ser la generación mejor preparada y salir al mundo laboral y arrasar con todo. Pensad que llegaremos a ser los líderes de España y que no os asusten, estamos más que capacitados. No hagáis caso a nadie, luchad por vuestro futuroy conseguireis ser grandes.
Demostrad que la generación perdida tiene la llave hacia un mundo mejor.
lunes, 7 de octubre de 2013
Y es nuestra culpa.
¿Te ha cambiado la vida llamarla gorda? Porque quizás a ella sí.
Límites
Pero por otra parte, nuestra libertad es realmente limitada. Cuando alguien llega a un punto determinado de desigualdad que el resto, le apuntamos con el dedo y le hacemos sentirse raro. Ojo, no digo diferente, digo raro. Si esa persona escucha una música que no conoces o ve una serie de televisión distinta o viste diferente o su afición no es muy común... La tachamos de rara y la apartamos de la sociedad.
Así que desde aquí te pido algo. Sé tú mismo. En unos aspectos serás como la mayoría y en otros serás diferente. Y eso es lo mejor. El poder disfrutar de unas cosas con mucha gente y otras contigo mismo. No te quites ese privilegio. Y no hagas algo que no te gusta solo para ser especial. seguro que tal y como eres ya lo eres mucho.
miércoles, 2 de octubre de 2013
Porque al fin y al cabo, te querrá igual.
Porque al fin y al cabo, te querrá igual.
Un punto de inflexión Parte final.
martes, 1 de octubre de 2013
Puedes ser quién quieras ser sin que nadie te recuerde quién eres realmente
Escribir es libertad, es crear un mundo y hacer lo que quieras con él. Todo lo que te dé la gana. Es la posibilidad de ser tú mismo o ser lo que más te apetezca. Puedes vaciar tu mente y tu corazón y soltar parrafadas y parrafadas de texto, ya que el papel te dará todo el tiempo que quieras o necesites para explicarte, no dirá nada, te escuchará sin interrumpirte y nunca te juzgará. Y si es necesario, se romperá, se quemará, se esconderá... Lo que sea por guardar tu secreto.
Pero escribir también puede sacar tus mayores ilusiones y deseos. Puede hacerte vivir muy de cerca experiencias que nunca te han pasado y te hace sentirlas como si las hubieras pasado de verdad. Puedes ser quién quieras ser sin que nadie te recuerde quién eres realmente.
Pero esa libertad tiene un precio. Escribir te saca todo, y muchas veces roza partes de ti que quieres guardar y olvidar. Y eso duele. Además, escribir agota, y si no te agota, es que no ha funcionado bien, porque todas esas palabras no combinan tan bien si no te comes la cabeza para juntarlas de la mejor manera.
Pero si alguna vez te expones al placer de escribir durante un tiempo, difícilmente podrás escapar de sus garra, aunque seguramente tampoco quieras hacerlo. Porque expresarte poder ser doloroso y cansado, pero la libertad que te da, no te la da nadie. Porque conseguir que un folio grite una historia... Esa sensación... Tendríais que sentirla, al menos una vez en la vida.
Porque al fin y al cabo... escribir es hacer magia con las palabras.
Un punto de inflexión parte 3
La que te anima desde el minuto cero del día
viernes, 27 de septiembre de 2013
El hombre del piano
Otra vez me toca ocupar el viejo taburete lleno de rotos frente al piano. ¿Y total, para qué? ¿Para ganar cuatro perras que me gastaré en whisky barato? No me puedo creer que haya acabado así... En un desgastado garito al que poco le queda para cerrar, con una sensación de quiero y no puedo impregnando el ambiente. Se nota la ilusión del dueño al empezar el ambicioso proyecto de llevar una cafetería, todo el dinero invertido, todas las horas gastadas... Para acabar oliendo a alcohol malo y a sueños rotos. Bueno, solo hace falta mirarme... El sitio y yo encajamos a la perfección, el uno es el reflejo del otro.
Respiro hondo y hundo los dedos en las amarillentas teclas del piano para encaminarme a mi eterna canción. Y los acordes fluyen y los compases comienzan su trabajo, el trabajo de emocionar. Pero ya es inútil, si solo soy el hilo musical de un hundido local. Es triste acabar así...
Pero es que me miro al espejo y solo veo un viejo hombre, probablemente más joven de lo que su aspecto hace sospechar, con apariencia grande y torpe excepto sus rápidos y hábiles dedos. Con ojos hundidos y grises con una sensación de vacío que hasta produce vértigo. Ese hombre suda... y tiene pinta de beber, de beber mucho. Y está solo, muy solo. Más solo de lo que cualquier persona pueda soportar. Sí... Así es ese hombre. Así soy yo.
Pero por un momento, el reflejo cambia y ya no esta ese hombre, sino un joven lleno de expectativas para el futuro, sediento de vida al que todo le va bien. Le brillan los ojos de ilusión, unos ojos grises pero que quieren decir tantas cosas que te obligan a mirarlos durante minutos. Cada nota que toca, cada compás, cada acorde... todo te llega, quizás porque el intérprete cree en lo que está tocando.
Y sin apenas darme cuenta, la melodía que estaban interpretando mis dedos empieza a coger ritmo, a ser más alegre. Y siento algo que hacía años, muchos años, que no sentía. No sé describirlo, es una sensación que hay que sentir, porque es... Bueno es indescriptible. Pero sé que era lo que sentía treinta años atrás cada vez que ocupaba el taburete de enfrente del piano. Y es gratificante. Muy gratificante. Es la primera vez que recuerdo haber sonreído en muchísimo tiempo. Y no sabes cuánto echaba de menos eso.
Pero todo lo bueno se acaba, tras un rato, se me acerca un hombre tambaleándose, creo que llevaba ya tres copas encima. Y de su boca salió la verdad que más dolor me ha hecho jamás... Bueno, quizás la segunda.
"Toca otra vez viejo perdedor haces que me sienta bien. Es tan triste la noche que tu canción sabe a derrota y a miel."
Viejo perdedor, viejo perdedor... Viejo perdedor. Es triste pero es verdad. Lo tuve todo, pude cumplir mi sueño y ser feliz. Feliz... Qué idea más profundamente remota. Recuerdo los veinte años. Acababa de salir en el periódico como la futura promesa del piano y me llovían propuestas desde todos los lados. Pero eso no era lo mejor... La tenía a ella. A la mujer más perfecta del mundo. Pero sin exagerar... La más perfecta. Todo iba sobre ruedas, pronto sería la persona que habría conseguido todos sus sueños y que le esperaba una vida maravillosa frente a la mujer más maravillosa... O quizás no.
Quizás un día llegues a casa y la pilles con otro hombre. Quizás te diga que siempre temió echar raíces que pudieran cortar sus alas. Y que en esa jaula metida se le iba la vida y quiso probar sus fuerzas. Y quizás, aunque no desea que te ocurran cosas malas, ella nunca lamente que des malos pasos. Y quizás eso te arruine la vida. Quizás la vida perfecta desaparezca. Y sí... Así llegué a ser quien soy.
No puedo creer que lo hiciera, que me abandonara... que arruinara mi carrera y que nunca se haya arrepentido, que nunca haya mirado atrás... Que hagan treinta años que no hablamos. Que los únicos que me hayan sido fieles durante todos los años hayan sido el alcohol y el viejo y experienciado piano. Y que tras todo esto solo haya sido capaz de tocar una canción durante toda mi vida, una y otra vez, durante estos largos treinta años.
He vuelto a comenzar a sudar, los ojos se han cansado de intentar transmitir y cada vez que cojo el vaso, me tiembla la mano. No tendría que haber recordado, no tendría que haber vuelto atrás. Tengo que ir al baño y refrescarme la cara.
El agua, fría como mi alma, me corre por la cara pero no tiene ningún efecto. Nada de nada. Me miro en el espejo y me veo vacío... vacío del todo. Y de pronto se me ocurrió de golpe. ¿Alguno de los solitarios oscuros que buscan pareja en este lugar echaría de menos el hilo musical que sonaba todas las tristes tardes? ¿Alguien notaría el hueco que he dejado? Yo solo sé que el hombre del piano ha tocado su último acorde.
Un punto de inflexión Parte 2
jueves, 26 de septiembre de 2013
Un punto de inflexión Parte 1
Y... ¿por qué tú no?
miércoles, 25 de septiembre de 2013
Y caerás...
Y caerás, obviamente que caerás. Prácticamente cada paso que des acabará en tropiezo e irás al suelo. Y dolerá. Cómo no va a doler. Y poco a poco te parecerá que todo lo que haces está mal y eso dolerá el doble. Y te empezarás a sentir cómodo en el suelo, porque quizás estar en el suelo es incómodo, pero es menos doloroso que caer. Y total... Probablemente acabarás allí de todos modos. Todo se volverá más oscuro y solitario. Nadie te entenderá y todo cambiará de plano. O eso te parecerá. Dicen que de las caídas se aprende pero tú lo ves todo negro y ninguna mano te ayuda a levantarte. Aunque bueno, quizás nadie lo sabe, porque tu falsa sonrisa podría ser ganadora del Oscar. Y aunque duela seguirás así.
Desde aquí quiero decirte que muchas veces no vemos la ayuda pero seguro que está por allí... Porque no me creo que una persona como tú no tenga a nadie. Recuerda que para aprender a andar primero nos caemos... Y que nuestra vida acaba de empezar. Y aunque suene a tópico... Que si no acaba bien, es porque no es el final.
Donde ser yo mismo es correcto
martes, 24 de septiembre de 2013
Cuídala, por favor.
Haz que se sienta protegida, que sepa que puede contar contigo para todo. Dale la mano, abrázala fuerte, deja que llore en tu hombro, dale un beso en la frente. Consigue que recupere esa sonrisa que te ha enamorado y que consigue que le brillen los ojos. Si necesita espacio y tiempo respétalo y, por mucho que duela cada segundo que pasa, espérala y está con ella cuando lo necesite. Escúchala. Da igual lo que diga, escúchala y presta atención. Aguanta sus ralladas y, si hace falta, sé fuerte por los dos. Prepárale pequeños detalles, recuerda que la felicidad reside en las pequeñas cosas. Dile lo guapa que está hoy, lo guapa que estuvo ayer y lo guapa que, probablemente, estará mañana. Apréndete las canciones que son importantes para ella y consigue una que sea vuestra y solo vuestra y cuando estéis solos ponla e invítala a bailar. Si le ha ido mal en clase o ha suspendido, cambia de tema. Procura dar más que recibir e intenta hacerla, al menos, tan feliz como ella te lo hace a ti. Sé que no soy nadie para decirte esto, pero sí que hay una cosa que te pido con toda mi alma...
Cuídala, por favor.
lunes, 23 de septiembre de 2013
Este loco se va con otra loca
"Este adiós, no maquilla un "hasta luego",
Este nunca, no esconde un "ojalá",
Estas cenizas, no juegan con fuego,
Este ciego, no mira para atrás.
Este notario firma lo que escribo,
Esta letra no la protestaré,
Ahórrate el acuse de recibo
Estas vísperas, son las de después
A este ruído, tan huérfano de padre
No voy a permitirle que taladre
Un corazón, podrido de latir
Este pez ya no muere por tu boca
Este loco se va con otra loca
Estos ojos no lloran mas por ti."
El hombre de los mil personajes
Luces que iluminan
viernes, 20 de septiembre de 2013
Video games
La magia del nunca acabar
El punto de apoyo con el que moveré el mundo Final
"Toqué al timbre y me abrió él mismo. Tras una mirada incómoda me dirigió
jueves, 19 de septiembre de 2013
El punto de apoyo con el que moveré el mundo Parte 3
"Nada más llegué a casa me eché en la cama a llorar hasta que me quedé