"La tortura de escribir, al fin y al cabo, es un castigo maravilloso elegido voluntariamente. Un castigo de libertad."
Alfonso Ussía

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Y en ese momento, juro que éramos infinitos

Voy a hablar sobre un sentimiento... Una sensación. La verdad es que el nombre como tal está sacado de un libro, muy recomendable por cierto, llamado "Las ventajas de ser un marginado"; pero estoy seguro de que la mayoría de vosotros la ha tenido, no hace falta mucho para sentir esa sensación y, aunque es momentánea, es de lo mejor que te puede pasar. Sentirse infinito. No sé si me entiendes. Cuando todos los problemas desaparecen, y te das cuenta que, en el fondo nada importa, que te venga lo que te venga podrás con ello, seguramente porque sientes que puedes con todo. No es raro que ocurra cuando estás con tus amigos, tu familia, la gente a la que más quieres... Porque ellos te proporcionan aun más seguridad; pero hablando desde la experiencia, puedo admitir que cuando te dejar guiar por los compases de una canción fuerte, con sentimiento, de las que te mueve por dentro, entonces es cuando lo sientes...

¿Qué se siente? No sé explicarlo, tienes que vivirlo. Te sientes... grande. Fuerte. Pero no se queda ahí... Solo sé que tú no encuentras el momento si lo buscas... Pero créeme que cuando él te encuentra, cada segundo que pasa, es perfecto. Quizás es que eres feliz aunque sean dos minutos. Quizás. Hasta que lo descubra, si algún día llego a hacerlo, seguiré disfrutando estos momentos. Estos momentos en los que me siento infinito.


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