"La tortura de escribir, al fin y al cabo, es un castigo maravilloso elegido voluntariamente. Un castigo de libertad."
Alfonso Ussía

jueves, 23 de octubre de 2014

Te dije que sería un problema... Te dije que no era buena.

Fue una noche de sábado borrosa. Bajabas las escaleras de aquel bar mientras te arremangabas las mangas de tu camiseta de calaveras. Reconozco que no pude dejar de mirarte durante toda la noche... Te hiciste el duro, pero al final acabaste viniendo.

"¿Una copa, señorita?" preguntabas mientras me olisqueabas como si fuera un buen whisky. Pero no me importaba, estaba demasiado borracha. "¡Qué demonios!" dije "coge dos cervezas y volemos". Al fin y al cabo somos jóvenes, tenemos que pasarlo bien.

Pasó el tiempo y desde entonces yo dormía más en tu cama de lo que yo deshacía la mía. Fue intenso durante un tiempo, pero poco a poco te fuiste haciendo aburrido.

Yo no podía estar así. Tenía que seguir poniéndome faldas cortas y esa gran raya en el ojo. No podía soportar no salir de copas... No podía soportar tomarme las cervezas en casa. No podía soportar no ser el centro de las miradas.

Tengo que decir que de algo sí me arrepiento; acostarme con ni ex novio en el callejón de detrás del bar fue incómodo... Siempre he preferido las camas. Pero tienes que reconocer que fue mala suerte que justo en ese momento pasaras por allí y nos vieras... Lo que no puedo entender es que te pusieras a gritar así y te fueras llorando.

¿De qué te quejas? Yo nunca te he engañado. Te dije que sería un problema... Te dije que no era buena. Estábamos jugando, ¿no? Tú juego ya me cansaba... Y preferí dejarlo. Total soy joven, lo importante es pasármelo bien.

Supongo que no te equivocas al decir que eras mi tipo... Tatuajes, músculos y olor a cerveza. Pero pregúntales a los anteriores... Al fin y al cabo no supiste darme algo nuevo.

Pero te lo advertí... Te dije que sería un problema. Te dije que no era buena.