"La tortura de escribir, al fin y al cabo, es un castigo maravilloso elegido voluntariamente. Un castigo de libertad."
Alfonso Ussía

domingo, 7 de septiembre de 2014

Yo soy aquel...

Yo soy aquel niño que jugaba a sentarse en el lugar del piloto del coche. Al que le gustaba tocar los botones, pisar los pedales, cambiar las marchas y tocar la bocina. El que soñaba con tener su coche y viajar lejos, a muchos kilómetros por hora, todo el día montado en su coche. Yo soy aquel chaval de doce años que soñaba con tener mi propio coche. Aquel con el que iría a mil viajes con mis amigos y la música a tope. Aquel con el que iría a lo alto de una montaña con mi novia para ver el atardecer y las estrellas cogidos de la mano. Yo soy aquel joven de dieciocho al que ahora mismo le aterra pensar en coger el coche para hacer las prácticas. Aquel que no puede evitar ponerse nervioso al pensar en el día de su futuro examen. Aquel al que conducir ya no le parece un juego de niños.

Yo soy aquel niño que soñaba con vivir en su propia casa. La casa donde podría acostarme tarde después de ver la tele. La casa donde podría tener el perro que tanto esperaba y donde mis amigos no se tendrían que volver a la hora de cenar. Yo soy aquel chaval de doce que no podía esperar a tener su propia casa después de discutir con sus padres. La casa donde podría ser libre y donde podría hacer lo que me da la gana. Yo soy aquel joven de dieciocho que no puede imaginarse ahora mismo haciendo todo lo que se necesita para poder llevar una casa. Aquel que no se ve capaz de autogestionarse y conseguir seguir por su cuenta. Aquel al que vivir solo no le parece un juego de niños.

Yo soy aquel niño que esperaba salir del colegio en el que estaba desde los tres años. Aquel que soñaba con ir a la universidad y estudiar lo que más me gusta. Aquel que no podía esperar a ponerse a trabajar. Yo soy aquel chaval de doce que se maravillaba al ver películas de universitarios, con el ambiente, las fiestas, la gente de un lado para otro, las clases más para mayores... Yo soy aquel joven de dieciocho que no puede creerse que haya llegado el momento de empezar la universidad. El que piensa que ojalá haya otro curso de bachillerato. El que no quiere dejar a sus amigos atrás y empezar de cero. Aquel al que empezar la universidad no le parece un juego de niños.

Yo soy aquel niño. Yo soy aquel chaval de doce. Yo soy aquel que no podía esperar a crecer y ser adulto. Yo soy aquel joven de dieciocho. Yo soy aquel que quiere aferrarse lo más posible a su yo del pasado.

Yo soy aquel joven de dieciocho que tiene que ser consciente de que el cambio ya ha empezado.

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