"La tortura de escribir, al fin y al cabo, es un castigo maravilloso elegido voluntariamente. Un castigo de libertad."
Alfonso Ussía

sábado, 6 de junio de 2015

Cuando durante cinco minutos se para el mundo.

Tenía que contarlo. Es más, siento que tengo que gritarlo al mundo, porque lo que viví hace un par de noches es de lo mejor que he vivo en mucho tiempo y todo es gracias a la música; pero no a cualquier música, a la música de verdad. La que te coge y te transporta a un lugar que no conocías y en el que no puedes estar mejor. La que te entra directa del oído al corazón. La que te hace sentir como solo ella puede. Juan Zelada + grupo invitado.

Tengo que decir que tengo una debilidad por la música. Siento que ella es gran parte de mí y que podría pasarme toda mi vida escuchándola y sintiendo todo lo que ella me tenga que decir. Ahora bien, tengo un gusto muy personal e intento conocer música que no esté tan metida en el mundo más famoso. Y os puedo asegurar que allí hay mucho diamante en bruto y mucha música esperando llegar a alguna persona y conseguir emocionarla. O hacerla bailar. O hacerla cantar. O hacerla llorar. Y allí es donde reside la magia. Preparaos que lo que os voy a contar no es ninguna tontería.

El comienzo de la noche nos lo daba un grupo invitado llamado Boss & Over. No los conocía, es más, ni siquiera sabía que iba a tocar otro grupo. Pero allí estaban y llegaban con fuerza con toques swing, indie, soul, rock... Y mucha, mucha energía. Con una poderosa voz femenina y cuatro grandes músicos canción a canción fueron cautivando a un público en que la mayoría venían por ver la actuación siguiente. Y consiguieron meterse a ese público en el bolsillo.

Permitidme decirlo, fue brutal. Creo que hacía tiempo que no descubría algo tan genial y les tenía allí, a escasos metros, dándolo todo en el escenario con un estilo muy original que no había escuchado antes a nadie y con un buen rollo que no te dejaba dejar de sonreír y te dejaba continuamente ganas de bailar. Durante aproximadamente una hora consiguieron llenar toda la sala de algo muy especial y personalmente a mi me ganaron. Es más, después de este viaje he vuelto a casa con un CD nuevo. Y Boss & Over son los únicos culpables de ello.

Terminaban ellos y se subía al escenario Juan Zelada con su espectacular banda. Y aquí tengo que pararme.

Tengo que explicar que Juan Zelada es importante para mí. Es diferente a cualquier otro artista. Yo hace relativamente poco que conozco a este artista. Me remonto a agosto del año pasado cuando sale el cartel de conciertos de fiestas de Bilbao. Y entre ellos un nombre que me llama la atención... Sábado 23 de agosto: Juan Zelada+Russian Red. Decido buscarle en YouTube para ver cómo era ya que, no os voy a mentir, una amiga quería ir a ver a Russian Red. Y menuda sorpresa me llevé con este hombre. Con este artista como una catedral de grande.

Y aquí llega lo bonito. En pleno concierto de Juan Zelada, escuchando una canción que compuso para un amigo acelerado que tenía,  yo cumplí mi mayoría de edad. Y la verdad es que este año ha llenado mi móvil con canciones suyas. Y en el mismo momento que supe que el Corte Inglés tenia su disco, fui corriendo a comprarlo. Meses esperando a que volviera a pisar Bilbao y cuando por fin lo hace, me ponen un examen final de la universidad al día siguiente. Con mucha rabia, pero aceptando las circunstancias, acepto que voy a tener que dejar pasar esta oportunidad.

Ahora entenderéis por qué me alegro tanto de poder haber coincidido por casualidad con este hombre en Madrid. Y por qué considero que he tenido gran suerte con este concierto.

No quiero extenderme mucho, porque por mucha parrafada que os cuente no voy a poder ni acercarme a lo que es este hombre sobre un escenario. Porque a Juan Zelada y a su (grandisima) banda hay que escucharles para entender todo esto que digo. Pero os puedo asegurar que cada minuto en que esos cuatros genios hacían música conseguían que algo dentro de mí se moviera de manera espectacular. Creo que nunca he sentido tanto escuchando música. Y os aseguro que afirmando eso, afirmo algo muy grande.

Porque no sabéis lo que es que tras corear ese cántico de "otra, otra" aparezca Juan Zelada en escenario, se enfunde su guitarra acústica y se ponga a cantar a un escaso metro de ti una canción que no conoces pero que te da la sensación de que es la cosa más bonita que has escuchado en tu vida. Y es en ese momento, cuando durante cinco minutos se para el mundo y te da la sensación de que todo tu alrededor ha desaparecido, cuando te das cuenta de que la magia no siempre tiene que tener truco. Que a veces la magia no tiene que ser un mago sacando un conejo de la chistera. Que a veces la magia es una voz acompañada de una guitarra que te consiguen poner los pelos de punta. Porque a veces la magia es Juan Zelada.


Allí os dejo mis dos recomendaciones. Os gustarán o no, no lo sé, pero son artistas a los que merece la pena escuchar. Esto es música de la de verdad, de la pura y dura. Y quizás no sean tan famosos, al menos no como deberían serlo, pero no siempre la fama implica calidad... Y ellos son el claro ejemplo de esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario