"La tortura de escribir, al fin y al cabo, es un castigo maravilloso elegido voluntariamente. Un castigo de libertad."
Alfonso Ussía

domingo, 13 de abril de 2014

¡Por China!

Dicen que el último año antes de la universidad es un año de puntos y final, de cerrar ciclos. Ya sabéis, de despedirte de tu clase y de tu gente de toda la vida. Y esto es cierto, no voy a mentiros. Pero yo este año he empezado una nueva aventura, he comenzado un ciclo.
Muchos no lo entenderéis, pero tampoco necesito que lo hagáis. Pero cada sábado, cuando una manada de niños baja corriendo las escaleras a la sala de juegos, me vuelven los sentimientos del primer día, cuando, hecho un manojo de nervios, comencé la aventura de ser monitor de tiempo libre. Desde entonces no he parado. Pero es que no sabéis el bien que te hacen esos pequeñajos, cuando te vienen con una sonrisa a darte un abrazo o cuando te piden que sean tú pareja en el futbolín.
Pero, como casi todo camino, tienes que tener compañeros de viaje. Y yo no puedo tener mejores. Todo ese equipo de monitores, una pequeña familia. Esos que te apoyan cuando tienes un día de bajón, los que te abrazan cuando lo necesitas y con los que ríes en los mejores momentos.
Mucha gente, para celebrar el inicio de la vacaciones, habrá salido de fiesta este fin de semana. Yo he estado salvando China. Bueno, más exactamente me han secuestrado y me han tenido que salvar. Pero eso no importa. Lo importante es que ha pasado mi primera Gaueko y ahora, tras un poco de descanso, me encuentro con los sentimientos encontrados.
Han sido semanas de duro trabajo. De preparar guion, decorados, juegos... Pero, ¿sabes? Ahora mismo no me acuerdo de eso. Solo me acuerdo de la cara de los niños al verlo. De sus risas, sus caras de asombro y sus caras de aburrimiento después de una de mis chapas de guion. Bueno, de eso y de todos los buenos momentos que hemos pasando preparando todo. Y, en este momento, me he dado cuenta.
Tengo los mejores compañeros de viaje a mi lado. Eso sin duda. Fíjate que han conseguido vencer a los hunos y rescatarme. Y ahora, llenando el álbum de recuerdos que recién acabo de estrenar pienso en todo lo que me queda por vivir... Y no siento más que ilusión.
Solo me queda agradecerles a ellos. Los que me han hecho sentir tan a gusto desde el minuto uno. Los que me han hecho vivir tantos momentos buenos. Y quiero hacer una mención especial a esos dos monitores que tienen la primera parte del álbum casi completa. Gracias por enseñarme tanto y por ayudarme a empezar. Estar con vosotros en Interior ha sido un verdadero lujo, de verdad... Todas las horas con vosotros eran geniales y, aunque nos pongamos gordos por no parar de comer paquetes de bocabits y cheetos pandilla, repetiría está comisión una y otra vez. Y que se os va a echar de menos, porque sois dos monitores como no los hay.
Así que ahora, con horas de sueño acumuladas, un montón de disfraces y cosas que recoger y una galleta de la suerte en el bolsillo, sólo puedo sentirme feliz. Por poder vivir está aventura, con los chavales... Y con este gran equipo. Gracias, de verdad.

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