Empezamos a hacer el
trabajo. Teníamos dos meses para leerlo y hacer el resumen. Pero la parte más
interesante fue la pregunta que nos hizo el profesor: “¿Qué harías tu si fueras Lou?”.
Y así empezamos, poco a
poco, sin prisa pero sin pausa. Entonces fue cuando descubrí que entre Rocío y
yo había algo más… no sé cómo definirlo… Yo ya sabía que ella me gustaba, pero
creo que el sentimiento era realmente correspondido. Pero… no sabía cómo
pedírselo. ¿Y si no era verdad? ¿Y si dejaba de ser mi amiga? ¿Y si se reía de
mí? ¿Cómo podía pedírselo sin que se enfadara conmigo?
Entonces una bombilla
brilló en mi cabeza. ¡Lo haría por medio de mi mayor pasión, la música! Le
escribiría una carta de amor por medio de versos de canciones románticas, y un
día, cundo quedáramos para hacer el trabajo, se la daría para que la leyera más
tarde.
Escribí la carta, y no
es por presumir, pero me quedó muy bien. Me encanta, en serio, como me quedó la
carta. Decidí dársela el próximo día que quedáramos para hacer el trabajo. Ya
habíamos acabado de hacer el resumen, pero todavía faltaba la parte más
importante: ¿Qué harías tú si fueras Lou?
Yo, de momento no sé lo que haría. Y creo que Rocío tampoco. Así que quedamos
dos días después para decidirlo. Allí le daría la carta. Decidí que, igual
mejor que dársela en mano, le metería la carta firmada en la mochila. Esperaba
con mucha impaciencia la llegada de ese día, y, al final, como todo en el mundo, llegó.
El día que sería el más
maravilloso del mundo se convirtió en una pesadilla total. Al llegar a casa de
Rocío para hacer el trabajo, Rocío estaba muy contenta. Me contó que César, el
chico más bruto, idiota, tonto, con menos cerebro de mi clase, le había enviado
un poema hecho con fragmentos de las canciones de amor más bonitas. Se me cayó
el alma a los pies. ¿Había estado buscando, seleccionando y uniendo las partes
de las canciones para que César me robara la idea, le diera la carta a Rocío y
así conseguir su corazón? No me parece justo. Pero al de un rato me di cuenta. Le
pedí a Rocío que me dejara el poema para verlo. Cuando lo vi la carta, mis
sospechas se verificaron. “Lo que siento
por ti, es ternura y pasión. Tú me has hecho sentir, que hay en mi corazón
Tanto amoooor, tanto amor…”. César me la había robado. Y ahora Rocío estaba
enamorada de él. La vida a veces no es justa.
Ese
día no avanzamos nada. Entre la alegría de Rocío y mi frustración, no avanzamos.
La fecha de entrega se acercaba, y sabíamos sin saber lo que haríamos en el
lugar de Lou. Hacía falta acabar, pero… ya no quería quedar con Rocío. No salía
de casa, me pasaba el tiempo en mi cuarto, no me relacionaba con nadie en
clase… Me aislé completamente del mundo. Nadie excepto yo entendía lo que me
pasaba. Bueno, yo y el cretino de César. Fue el peor momento de mi vida, en
serio, fue incluso peor que cuando se metían conmigo.
Pero llegó el momento
de quedar para acabar el trabajo. No tenía ganas. Incluso me pensé la idea de
fingir que estaba enfermo. Pero al final decidí ir y así acabarlo de una vez.
No sé por qué lo hice, pero quedamos en mi casa para responder a la dichosa
pregunta: “¿Qué harías tu si fueras
Lou?”.
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