martes, 28 de enero de 2014
Carta a un amor olvidado
lunes, 20 de enero de 2014
Un náufrago del silencio
martes, 14 de enero de 2014
Buenas noches abuelo:
Me han mandado escribir una carta en clase. Una carta a alguien que no conoces. Y, tras mucho pensar, he llegado a la conclusión de que tengo mucho más que decirte a ti que a cualquier otra persona que no haya conocido. Y, por supuesto, que a cualquier famoso. Sé que no es del todo justo, que, aunque no te haya conocido en persona, conozco muchas cosas de ti, he escuchado a mi madre hablar sobre ti, con los ojos brillantes y una sonrisa tímida asomando. He apuntado en mi cabeza tantas anécdotas tuyas que podría llenar muchas libretas. He visto tantas veces tu álbum de fotos que incluso podría hacerte un retrato de memoria. Pero, realmente, no sé nada de ti. Solo tengo un viejo oso de peluche que algún día fue tuyo. Y eso me duele.
Ley de vida dicen, sí. Pero los dicen aquellos que salían con sus abuelos al parque los domingos. O los que han comido un paquete de gominolas a medias. O los que le dirigían una mirada cómplice cuando le daban la paga. Me hace gracia, nunca sabré a ciencia cierta lo que es sentir eso. Solo puedo imaginármelo cuando cierro los ojos. Quiero tenerte aquí. Que me cuentes por enésima vez tus batallitas de siempre. Charlar contigo sobre el tiempo y salir a tomarnos algo. Quiero tener ese vínculo abuelo-nieto que es tan especial...
Pero la vida no está hecha de lo que queremos. Y yo estoy aquí y tu estás lejos. Me consuelo pensando que estás cuidando de mí y que, dentro de algún tiempo, por fin podré abrazarte. De momento seguiré abrazando a tu oso de peluche todas las noches. Como si fuera un niño durmiendo... Un niño que duerme bajo la mirada de su abuelo.
domingo, 5 de enero de 2014
A SS.MM. Los Reyes Magos:
A Sus Majestades Los Reyes Magos:
Hace tiempo que no os escribía, y sinceramente no esperaba volver a hacerlo, pero estamos a día cinco y me ha entrado nostalgia de ver las miles de cartas de los niños. En primer lugar, gracias por todo lo que me habéis traido estos largos diecisiete años. Ya no me refiero a los regalos materiales, sino a los buenos deseos y propósitos que siempre queremos pero nunca pedimos.
No os voy a mentir, no he sido siempre bueno. He hecho muchas cosas de las que me arrepiento. He fallado una y otra vez y he hecho daño a personas a las que quiero. Pero bueno, yo escribo mi carta y ya vosotros veréis.
Voy a pediros mucho, voy avisando. Quiero que me traigáis alguna cosa, que me ayudéis a mantener otras y que os llevéis unas cuantas. Repito que ya lo siento... Pero yo lo intento.
Quiero mantener a todos esos que consiguen aguantarme, pase lo que pase, sea lo pesado que sea. Seguir teniendo a gente que me escuche y gente a la que escuchar. Seguir en contacto con todas esas personas importantes, sobre todo este año lleno de cambios.
Me gustaría que os llevarais esa parte de mí que odio. La vergüenza, el miedo, mis cabezonerías y mis faltas de paciencia. Que os llevarais todo lo que me hace fallar. Y todo el negativismo que podais.
Y, por último, me gustaría que me trajerais todo lo que necesito para salir adelante y poco a poco ir cumpliendo mis sueños. Más ilusión, esperanza, paciencia y esfuerzo. Que los dieciocho caigan bien. Y, por favor, dadme la oportunidad de conocer a todas esas personas que están lejos pero son importantes. Tengo muchas conversaciones que hacer, un puñado de fotos que sacarme y dos abrazos pendientes. Y, bueno, si me podéis traer una novia... Sería perfecto.
Realmente, sé que la mayoría de lo que he escrito lo tengo que conseguir yo. Pero sigo creyendo en la magia... Y necesitaba ordenar mi cabeza.
Y de nuevo, gracias por todo... Por verme crecer y por ayudarme a seguir siendo un niño. Con mucho cariño.