"La tortura de escribir, al fin y al cabo, es un castigo maravilloso elegido voluntariamente. Un castigo de libertad."
Alfonso Ussía

martes, 1 de octubre de 2013

Puedes ser quién quieras ser sin que nadie te recuerde quién eres realmente

Escribir... ¿Qué es escribir?

Escribir es libertad, es crear un mundo y hacer lo que quieras con él. Todo lo que te dé la gana. Es la posibilidad de ser tú mismo o ser lo que más te apetezca. Puedes vaciar tu mente y tu corazón y soltar parrafadas y parrafadas de texto, ya que el papel te dará todo el tiempo que quieras o necesites para explicarte, no dirá nada, te escuchará sin interrumpirte y nunca te juzgará. Y si es necesario, se romperá, se quemará, se esconderá... Lo que sea por guardar tu secreto.

Pero escribir también puede sacar tus mayores ilusiones y deseos. Puede hacerte vivir muy de cerca experiencias que nunca te han pasado y te hace sentirlas como si las hubieras pasado de verdad. Puedes ser quién quieras ser sin que nadie te recuerde quién eres realmente.

Pero esa libertad tiene un precio. Escribir te saca todo, y muchas veces roza partes de ti que quieres guardar y olvidar. Y eso duele. Además, escribir agota, y si no te agota, es que no ha funcionado bien, porque todas esas palabras no combinan tan bien si no te comes la cabeza para juntarlas de la mejor manera.

Pero si alguna vez te expones al placer de escribir durante un tiempo, difícilmente podrás escapar de sus garra, aunque seguramente tampoco quieras hacerlo. Porque expresarte poder ser doloroso y cansado, pero la libertad que te da, no te la da nadie. Porque conseguir que un folio grite una historia... Esa sensación... Tendríais que sentirla, al menos una vez en la vida.

Porque al fin y al cabo... escribir es hacer magia con las palabras.

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