"La tortura de escribir, al fin y al cabo, es un castigo maravilloso elegido voluntariamente. Un castigo de libertad."
Alfonso Ussía

lunes, 7 de octubre de 2013

Límites

Tenemos la necesidad de sentirnos diferentes, especiales, pero al mismo tiempo no desencajar. Suena absurdo, lo sé, pero eso lo hacemos todos. Por un lado queremos no ser igual que el de al lado, vivir a nuestra manera, libres, con la posibilidad de hacer lo que nos dé la gana, cuando nos dé la gana. Además, nos sentimos, de alguna manera, importantes cuando a lo que nosotros nos gusta no le gusta a nadie más, y sacamos pecho diciendo que disfrutamos de ese placer cuando nadie más lo hace. Es único. Es especial. Es muy "yo". Incluso podemos llegar a coger una afición que ni siquiera nos gusta para conseguir ser diferente al resto. irónico, ¿verdad?

Pero por otra parte, nuestra libertad es realmente limitada. Cuando alguien llega a un punto determinado de desigualdad que el resto, le apuntamos con el dedo y le hacemos sentirse raro. Ojo, no digo diferente, digo raro. Si esa persona escucha una música que no conoces o ve una serie de televisión distinta o viste diferente o su afición no es muy común... La tachamos de rara y la apartamos de la sociedad.

Así que desde aquí te pido algo. Sé tú mismo. En unos aspectos serás como la mayoría y en otros serás diferente. Y eso es lo mejor. El poder disfrutar de unas cosas con mucha gente y otras contigo mismo. No te quites ese privilegio. Y no hagas algo que no te gusta solo para ser especial. seguro que tal y como eres ya lo eres mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario